martes, 1 de julio de 2014

El dinero tiene un costo (a pesar de lo que diga la Reserva Federal)

Durante los últimos años nos hemos acostumbrado a invertir con dinero a costo cero por el accionar de los bancos centrales de los países desarrollados. Esta situación comenzará a cambiar y hay que estar preparados. Una estrategia que puede funcionar.
ImagePor Diego Martínez Burzaco
"¿Cuántos dólares recibió por su depósito a plazo fijo en Estados Unidos? Cero."
"¿Cuántos euros recibió por su depósito a plazo fijo en Europa? Cero. "
"¿Cuántas libras recibió por su depósito a plazo fijo en Inglaterra? Cero."
Ésta es la mejor forma de sintetizar cuál fue el impacto de las políticas monetarias expansivas de los principales bancos centrales sobre las inversiones más conservadoras en los últimos años.
Y también es la mejor respuesta para justificar por qué por primera vez en 20 años se ha verificado una suba de todos los activos financieros que cotizan en Wall Street.
Todo ha finalizado en alza. Tanto las acciones de países desarrollados como la de los emergentes, pasando por el índice de materias primas, los bonos del Tesoro estadounidense y finalizando en el oro.
Sin excepción, absolutamente todas estas categorías de inversión se han despachado con alzas en los primeros seis meses del año.
Ciertamente que lo anterior nos hace recordar que estamos viviendo en un mundo fuera de lo normal. Es cierto que siempre han existido períodos donde se verificaron anomalías que provocaron salirse del status quo que imperaba, pero este tipo de situación nunca tuvo tanta prolongación como en la actualidad.
Y esta excesiva prolongación en el tiempo puede generar conductas inapropiadas entre los inversores, como el exceso de confianza en torno a que el actual escenario durará por siempre.
Allí es donde hay que tener cuidado.
Por definición, el dinero tiene un costo en el tiempo. Y ese costo es la tasa de interés.
No es lo mismo tener mil pesos en el bolsillo hoy que dentro de un año.
¿Por qué?
Simplemente porque mil pesos de hoy compran más cosas que mil pesos dentro de un año (y ni que hablar en países donde la inflación tiende a ser muy elevada).
Lo que equilibra esa relación es la tasa de interés. Si ésta es lo suficientemente atractiva, cualquier inversor estará dispuesto a recibir ese dólar 1 año después, más los intereses correspondientes (que tendrían que ser, como mínimo, mayores a la inflación).
Pero en los tiempos actuales, la tasa de interés no tiene valor. Aún cuando la inflación global se encuentra en niveles bajos, las tasas de interés son aún menores.
Esto quiere decir, a fin de cuentas, que el dinero "vale poco".
Incluso, muchas inversiones de "renta fija" ofrecen una tasa de interés real negativa. Sin entrar en un exceso de tecnicismo, esto implica que cuando cobre el dinero de esa inversión más los intereses correspondientes usted estará en condiciones de comprar MENOS bienes y servicios que antes de realizar la misma.
Sí, leyó bien. MENOS bienes y servicios que antes.
De allí es que se explica gran parte de la suba de las acciones que vimos durante los últimos dos años. Los inversores han optado por tomar más riesgos en pos de conseguir mejores retornos para sus ahorros.
A la luz de los resultados parece haber sido una decisión correcta, pero esto no implica que se obtendrán resultados similares de cara al futuro.
Si hay una cosa de la que estamos seguros es que las tasas de interés en Estados Unidos comenzarán a subir. La proyección es que este movimiento ocurra a lo largo de 2015.
Mi sensación es que habrá un alza en el costo del dinero en el primer semestre del año próximo.
Pero, como ocurre siempre, el mercado se anticipa. Y los precios de los activos comenzarán a adecuarse a la nueva realidad que se avecina.
En este momento, los mercados de acciones no tienen demasiada intención de corregir. Hay tranquilidad y una tensa calma en estos días. Y eso es lo que más me hace desconfiar.
Creo que a partir de ahora, primará la selectividad. No todo seguirá subiendo pero no todo bajará.
En el mercado de bonos, desde mi punto de vista, el panorama futuro parece más previsible, sobre todo en el mercado de Treasuries (bonos del Tesoro estadounidense).
Creo que los rendimientos de los mismos comenzarán a subir a un ritmo gradual, pero sin pausa, a partir de que la Reserva Federal dé una señal concreta de que subirá sus tasas de referencia de corto plazo.
Es por eso que la tasa de rendimiento a 10 años es difícil que permanezca en el 2,5% actual. Si esta tasa sube, eso implica que el precio del bono bajará.
¿Cómo sacar provecho?
En el mercado hay ETFs que permiten apostar a la baja de determinados activos. Son los denominados ETFs inversos.
Existen muchos ETFs inversos para los bonos del Tesoro estadounidense. Esto es, el ETF se valoriza cuando los precios de dichos bonos bajan (y, en consecuencia, suben su rendimiento).
El ETF TBF es uno de ellos. Y para los más arriesgados existe el ETF TMV, que triplica el movimiento de los precios de los bonos en sentido inverso.
Y ambos son instrumentos muy "baratos". Actualmente el TBF cotiza a alrededor de US$ 28 cada nominal, mientras que el TMV lo hace a alrededor de US$ 48.
Creo que cualquiera de los dos instrumentos puede ser una jugada muy redituable, con los riesgos del caso, si finalmente se avecina el escenario descrito un poco más arriba.
Lo importante será el timing para ejecutar esta estrategia.
"A su lado en los mercados"
Diego Martínez Burzaco.
FUENTE: Publicado en Inversor Global - Newsletter Semanal - Enviado por mail

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