Por Ignacio RosLa mochila tributaria nos ubica por encima de países primermundistas y nos hace trabajar más de 200 días sólo para enfrentar nuestros compromisos con el Estado. Esto, al calor de un gasto público desbocado que aumentó 11 veces en los últimos 10 años.
Se levanta, se baña, desayuna y antes de salir al trabajo se pone al hombro la mochila tributaria, la más pesada de Sudamérica y una de las más grandes del mundo.
Frases como “Mi principal socio es el Estado” y “Afuera es más sencillo” podrían tener sentido en nuestra querida economía vernácula.
Veamos la jurisprudencia…
Ya en enero, La Nación nos señalaba lo siguiente:
Según cifras oficiales, la Argentina tenía a fines de 2012 una presión tributaria de 37,3%, frente al promedio de 20,7% de América Latina y de 34,1% de los países de la OCDE. El dato llama más la atención si se observa la evolución histórica: en 1990 el cobro de impuestos en el país era de 16,1% del PBI y de 20,1% en la crisis de 2001.
Los tributaristas estimaron, además, que, a fines de 2013, esa presión impositiva finalizó en el 40% del PBI, sin un correlato en la mejora de las prestaciones básicas del Estado hacia los contribuyentes.
Por su parte, también por aquellos días, la revista Fortuna nos ubicaba en el puesto número 14 a nivel mundial en cuanto a carga impositiva refiere.
Nos acercamos a julio y Clarín nos advertía que los argentinos teníamos que trabajar en promedio 217 días año sólo para pagar impuestos. Es decir, en 2014 el ansiado día de la independencia tributaria finalmente llegó el 5 de agosto, mientras que el año pasado fue el 24 de julio.
¿La década ganada?Abramos un poco el espectro y veamos lo que sucedió en los últimos 10 años. Tal parece que entramos en una curva al alza sin precedentes. Al calor de un gasto público que trepa sin pausa, también lo hacen las obligaciones de los empleados con el fisco.
Fíjese el siguiente gráfico que evalúa la situación en porcentaje del PBI (previo al cambio de base).
“Lo relevante – señalan en el Instituto Argentino de Análisis Fiscal- es que, independientemente del PBI empleado, la carga tributaria efectiva consolidada viene evidenciando un crecimiento sostenido en la última década, con un nivel récord en el 2013. Esto permite inferir que durante los últimos años, el objetivo de suficiencia (recaudar recursos para financiar el gasto público), se ha priorizado por sobre los restantes pilares de todo sistema tributario, a saber, eficiencia y equidad”.
Tu principal socio al comprar una casa
Es apenas uno de los ejemplos, pero que me pareció interesante destacarlo dado el problema que representa la solución habitacional en la Argentina, más allá del alcance que puedan tener ciertas ayudas como el Procrear.
Lo que nos deparan los astros
¿Sabía que en la famosa década ganada el gasto público se aumentó 11 veces? Tanto así que el año pasado culminó con un déficit de $ 85.000 millones.
Lo que sucederá este año es que por primera vez el gasto superará al billón de pesos. Esto gracias a que en agosto, mediante un Decreto Nacional de Urgencia (DNU), el Gobierno incrementó en $ 199.044 millones las partidas de 2014 para Transporte, Planificación, Economía y Desarrollo Social, además de varias firmas estatales.
Claro que este monto viene a sumarse a los $ 884.683 que ya contemplaba el presupuesto 2014.
De sobriedad fiscal (gastar menos o lo mismo que ingresa) ni hablemos…
Está claro que 2015 –año electoral- será cuando el kirchnerismo se juegue no sólo la oportunidad de dejar un alfil lo más fiel posible, sino también la conservación del entramado camporista en los distintos sectores del Gobierno y de las empresas estatales.
¿Se imagina una estrategia responsable pero “piantavotos” como frenar algún subsidio a las tarifas de gas y electricidad, por ejemplo?
Yo no me hago ilusiones, pero se la dejo como tarea para el hogar al que venga.
Un fuerte abrazo, Ignacio.
FUENTE: Publicado en Inversor Global - Newsletter semanal - enviado por mail
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