lunes, 9 de noviembre de 2015

Coincidencias nefastas

Por el Dr Aníbal Hardy
CFK despotricó contra los '90, pero luego fue emulando al riojano Carlos Saúl Menem, pese a que en el 2003 la familia Kirchner se presentó a la política nacional como la contracara del modelo noventista. 1) El kirchnerismo tiene en Amado Boudou a su propia María Julia Alsogaray. No hay castigo ni apartamiento para los funcionarios sospechados. 2) Menem tuvo su "venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador", Cristina Kirchner los fondos públicos desviados desde Sueños Compartidos (Madres de Plaza de Mayo), y las denuncias por lavado de dinero que involucran a un empresario del entorno de la familia Kirchner. 3) El santacruceño Lázaro Báez, de cajero de banco a ultramillonario gracias a licitaciones obtenidas durante la gestión K, podría compararse con Alfredo Yabrán, el mega empresario postal del menemismo. 4) Menem manejo a los jueces y sus tribunales. Una ley sancionada el 5 de abril de 1990 en el Congreso, disfrazada de institucionalidad, elevó de cinco a nueve los miembros del Alto Tribunal, y así obtuvo durante su década de gloria una Corte Suprema adicta, facilitadora de su plan de privatizaciones. Claro que nunca llegó a proponer y sancionar una reforma judicial como la que el Congreso por orden de la Presidente. 5) La magistrada estrella de los '90 fue María Servini de Cubría, como lo es hoy para el kirchnerismo el juez federal Norberto Oyarbide y otros. 6) Si algo faltaba, la revelación de la ex secretaria de Néstor Kirchner, Miriam Quiroga, sobre bolsos con dinero que habría trasportado el ex secretario privado presidencial, Daniel Muñoz, una denuncia que deberá dilucidar la Justicia, también se conectan con otro secretario privado Ramón Hernández, quien ocupó ese cargo durante el menemismo, y sobre quien también cayeron denuncias por enriquecimiento. 7) Recibir a estrellas internacionales también es otra coincidencia con los '90. La Presidente no recibe a dirigentes opositores, pero ha tenido lugar en su agenda para sentarse con Roger Waters, Ricky Martin, Roger Federer o Madonna. 8) De la pesificación a la dolarización ficticia de la convertibilidad fueron la marca registrada del menemismo. El kirchnerismo quiso invertir ese círculo histórico. Y lo logró mientras vivió Néstor Kirchner, un convencido de que el dólar no debía ocupar el centro de las preocupaciones de los argentinos por sus consecuencias instantáneas de desconfianza política. El blanqueo K volvió a activar el círculo y regresó a los argentinos de la pesificación compulsiva a la revaloración del dólar como preservación del ahorro. 9) Néstor Kirchner prometía en su discurso de asunción "traje a raya para los evasores", y aseguraba que "no habrá cambio confiable si permitimos la subsistencia de ámbitos de impunidad. Una garantía de que la lucha contra la corrupción y la impunidad será implacable, fortalecerá las instituciones sobre la base de eliminar toda posible sospecha sobre ellas". Cristina hoy lo contradice. También Menem había dicho, cuando asumió en 1989,"declaro a la corrupción delito de traición a la patria". Y termina siendo, a la luz de la realidad, otra coincidencia con formato de promesa incumplida. .
Finalmente para período kirchnerista, la corrupción dejó de ser una suma de hechos patológicos y aislados para convertirse en la razón última de un programa de gobierno. No solamente continuaron las valijas y los bolsos, los sobreprecios y retornos, la manipulación de permisos, subsidios, excepciones y concesiones. Sin ningún pudor y confirmando la promesa de "ir por todo", el kirchnerismo ha sometido el aparato estatal al plan de apoderarse de lo colectivo mediante esquemas complejos, aunque torpes, basados en la confianza que otorga la impunidad. Sociedades y prestanombres para quedarse con la impresión de moneda; normas ad hoc para emular a Las Vegas en el Hipódromo de Palermo; licitaciones amañadas para los socios del poder; fideicomisos y universidades para contratar por fuera de la normativa legal; habitaciones sin pasajeros para derivar fondos espurios a los hoteles familiares.
El único objetivo ha sido ganar poder para ocupar todos los ámbitos del Estado, asegurándose así que nadie vea, nadie escuche, nadie cuente y nadie juzgue cómo se divide, cómo se reparte y cómo se apoderan de lo colectivo.
El próximo 22 de nosotros depende erradicar el latrocinio enquistado en el gobierno. En la primera vuelta ya demostró su rechazo.
Abogado - Desde Formosa
ENVIADO POR SU AUTOR

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